The Beach Boys, el documental

Hace menos de un mes que volví a suscribirme a Disney+ en vistas de los potentes estrenos que estaban en camino y que no permitían que siguiéramos postergándolo. Lo que significa que la cola de visionado ha crecido notablemente y que las reseñas tratando de destripar lo menos posible seguirán fluyendo en esta Taberna con cierta periodicidad.

Sin embargo, retrasando las que ya estaban casi listas para publicarse, y porque no había mejor día del año para hablar de ello que el día en el que oficialmente comienza el verano este año, me he visto impulsado a dedicarle ésta a lo primero que vi tal y como activé la suscripción: The Beach Boys, el documental.

Hay aficionados que suelen escuchar podcast relacionados con el hobby mientras pintan o construyen algún elemento de escenografía, en mi caso escucho música, y los Beach Boys ocupan una enorme carpeta en el ordenador. ¡Tranquilos! Mi colección en vinilo y compact es exactamente la misma 😉

Alterno mucho lo que escucho, pero en esta época del año me encanta recuperarlos y suelo hacer mía la frase de su exitoso recopilatorio: Endless Summer.

Creo que el año pasado estuve repitiéndola hasta las Navidades, en cuanto salía un rayito de sol. Así que al entrar al menú de la plataforma y descubrir el documental ente las recientes novedades fue una tentación demasiado difícil de obviar.

Dirigido por Frank Marshall, (sí, sí, el amigo y compañero de George Lucas y Steven Spielberg, marido de Kathleen Keneddy, director entre otras de ¡Viven!, y productor de enormes éxitos de taquilla como En busca del Arca perdida), el documental nos hace un repaso por la historia fundamental del grupo, desde sus comienzos y hasta los problemas que llevaron a su distanciamiento y casi ruptura definitiva.

A pesar de las casi dos horas de duración y de la amplitud temporal que abarca, se sobrevuelan algunos aspectos y se omiten otros. Por ejemplo, las muertes de Dennis y Carl ni se mencionan, aunque el documental está dedicado a su memoria. Tampoco se profundiza mucho en las relaciones filio paternales o las sentimentales, ni se alarga innecesariamente en la vuelta a los escenarios o sus últimos trabajos discográficos, así como en las carreras en paralelo de cada uno.

Todo gira en torno a la familia y a las relaciones que establecieron entre sí los miembros de la banda, incluidos aquellos que pasaron sólo unos años o unos pocos meses en ella. Algo que tenemos claro desde el comienzo, con las primeras frases que escuchamos en off antes de que el documental comience en sí…. La familia. Qué importante…

Una buena parte la he podido compartir con mi mujer, comentando también algunos aspectos de esos que se omiten o se sobrevuelan y, teniéndola a ella como referencia, creo que lo va a disfrutar mucho más quien tenga ya un conocimiento mínimo sobre el devenir del grupo. Como digo, el documental no se centra en aspectos estrictamente biográficos, ni en fechas, ni en datos sumamente objetivos. Los trabajos y éxitos musicales, o aquellos eventos que marcaron su historia van desgranándose sutilmente en una cronología subyacente, pero no perceptible en todo momento, por lo que hacerse con él una idea más al uso de su trayectoria puede no ser tan fácil.

Todo ello se acentúa por la inexistencia de un narrador propiamente dicho, ya que son los mismos integrantes de la formación o el resto de «invitados» del documental los que van haciendo avanzar la historia a lo largo del metraje con sus intervenciones.

Aún así, no está exento de curiosidades, y de muchísimas imágenes y vídeos de su juventud, su vida personal y familiar, las sesiones de grabación, etc. Por supuesto, cuenta con los testimonios de los miembros que aún viven, grabados expresamente, así como los ausentes, rescatados de antiguas entrevistas y declaraciones. Todos ellos aportan una nueva e interesante perspectiva de los acontecimientos, fundamentalmente en lo que se refiere a las relaciones entre los propios Beach Boys o con Murry Wilson, algo que a veces sólo los años pueden ayudar a tener.

A mí, personalmente, me ha encantado, claro, si no hubiera sido así dudo que estuviera escribiendo sobre él.

Recuperarlos y recuperar así su música ha sido fabuloso. Y ver a los supervivientes compartiendo una cerveza final en la laya… ¡Espectacular! ¡Endless Summer!

Recuerdo que la primera vez que escuché sus inconfundibles ritmos y armonías vocales sufrí un chute inmediato de energía positiva que me trasladó a las playas de mi infancia. Más tarde lo hicieron a las de mi adolescencia y juventud. Y ahora, con más años y un par de niños, suelen trasladarme a casi todas y cada una de las playas de mi vida. Algo que muchos de los personajes que hablan en el documental experimentaron también en su momento, sin importar edad, origen, condición.

Y creo que de la misma forma que ellos, la primera vez que escuché Pet Sounds, comprendí que estaba escuchando algo totalmente diferente y fantástico ¡God only knows!

El trabajo de Marshall es delicado y correcto, tratando con sumo cuidado aquellas cuestiones un tanto polémicas o controvertidas, y poniendo el énfasis en lo emocional. Recordemos que es un trabajo expresamente pensado para la plataforma digital 😉

El ritmo es ágil y se ve sin dificultad. Eso sí, sólo podemos disfrutar de él en versión original en inglés… con subtítulos, en español, sí.

En definitiva, una excelente manera de dar el pistoletazo de salida a una nueva etapa en la plataforma digital y de comenzar el verano… ¡ENDLESS SUMMER!

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